Una tarde de solAmbos empiezan a cruzar la calle. Un auto dobla sin respetar el paso de peatones y se detiene a centímetros. El más chico le da un golpecito en el capó y le da una mirada de reprobación. El chofer baja. Es grande, macizo, con expresión amenazadora.
- ¿Qué pasa, algún problema?
- Amigo, no te metas en problemas, murmura el chico, no te metas en problemas...
El chofer lo mira, se mete al auto y parte.
Los amigos siguen su camino.
- Chico, ¿qué onda? Tremendo pescado ese, te mata de un solo capirotazo, y tú lo amenazas...
- Compadre, me estaba hablando a mí mismo, "
no te metas en problemas", y dispuesto a correr los cien metros...
El sol está allí, presente pero suave, ya bajando. Una cerveza vendrá bien en este primero de septiembre. Total, ya pasamos agosto.