9.5.07

Entre Cumbres y Guachacas


Entre cumbres y guachacas


Entre el 20 y el 21 de abril 2007, en la Estación Mapocho se celebró la Cumbre Guachaca, “la fiesta de los que guardan un copihue en el corazón”, bajo el eslogan de “Ni un vaso atrás”, que interpreta sin duda a más de alguno de nuestros estresados conciudadanos.


¿Cuál es la filosofía de este movimiento? Ya lo dijo en 2003 su creador y alma, Dióscoro Rojas: “... las culturas que no tienen buen vino, son salvajes, mocheras y sin ningún respeto por el ser humano”. ¿Y quienes son los Guachacas?: “somos gente de paz, humildes, cariñosos y republicanos”, como reza su lema, no les gusta ninguna guerra, “porque lo primero que empieza a escasear es el copete”, porque al faltar el petróleo “empiezan a usar el copete de combustible”. Además, declaran que “siempre y en todo momento el enemigo principal son los cuicos”. Los guachacas se declaran “el envase de la cultura: ¡sin nosotros la cosa como que se derrama!”.


En 1997 se lanzó la Primera Cumbre Guachaca, en defensa de la “panita” (que había sido reemplazada en el IPC por el microonda, para vergüenza nacional), de la Piojera (centro culinario y cultural en Santiago), de la cueca, etc., bajo la inspiración del Tío Roberto Parra, creador del Jazz guachaca, de las cuecas choras, de la Negra Ester; además, se encomendaron a Fray Andresito, príncipe de los mendigos y patrono de la Vega Central. Eligieron a los guachacas como eje de la propuesta cultural y la perrera para realizar sus actividades. Los guachacas toman “cada día como si fuese el primero y cada noche como si fuera la última”.


Los guachacas se declaran humildes (“no nos sentimos tigres ni jaguares, ni lobos, ni andamos dando recetas de cómo debe vivir el hombre ni cómo debe estar organizado el mundo...”), cariñosos (“somos puro sentimiento, nos gusta sentir el romance, apenas lo olfateamos y ya el corazón nos bombea rapidito, como que se nos nubla la vista y los ojitos se nos ponen brillosos de pura pasión. Nos gusta canturrearle al oído a las mujeres, suavecito, como un secreto... hasta cuando hablamos se nos cae la poesía”) y republicanos (“herederos naturales de la Revolución Francesa..., Liberté, Égalité, Fraternité...”). Por eso lloramos, dicen, cada bar que nos cierran.

En abril de 2006, bautizaron a Lontué como “Tierra prometida de los guachacas y capital oficial del atajo del copete”. Instalaron allí un monolito que recuerda que esta tierra de vinos es la mayor “reserva energética del país”.


La filial en Valparaíso se llama Ascensor hacia la Luna. Tragos, comida y música de raíz nacional, con público transversal en la edad y la extracción social, con ambiente de buena onda. Protagonistas son los ya famosos tragos Terremoto y Réplica.


Los líderes de los guachacas son Dióscoro Rojas (Gran Guaripola) y Raúl Porto (Catador de Bondades). Paradojalmente, hace veinte años que Rojas lleva abstinencia etílica, desde que su médico le dijo “una copa más, y al patio de los callados”.


Cada año eligen rey y reina, a través de votación popular por Internet. Este año, fueron coronados Claudio Borghi, entrenador de Colo Colo, verdadera personalidad mediática por los buenos resultados del club a nivel nacional (va por su tercer campeonato consecutivo) e internacional (acaba de pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores), como Gran Compipa, y Javiera Contador, protagonista de una exitosa serie de TV.

Larga vida a los Guachacas (¡hic!).