El Mostrador - 15 de Octubre de 2010

Piñeradas (2)
¡Excelencia, señores!
La carreta, los bueyes, los militantes
Ganó Piñera. No fue una sorpresa: sólo sueños no cumplidos, “mandas” no satisfechas.
Dos actividades fundamentales convocan hoy a los militantes de la Concertación. Primero, el inicio de la reflexión sobre las causas de la derrota; unos buscan literatura inspiradora (desempolvar libros de sociología, ciencia política, sicología social, siquiatría, estadísticas, demografía); otros, simplemente buscan papel y lápiz; otros cierran los ojos y dedican algunos minutos a la reflexión. Todo ello a breve plazo dará como resultado un maremoto de documentos y argumentos. Segundo, la convocatoria a elecciones internas (PS y DC lo harán en abril), que ocupará a los militantes, y ya se sabe que el “hacer” cosas tiene un gran poder sanador. En resumen, se enfrenta la crisis acudiendo a las grandes ideas (los nuevos desafíos) y cambiando a los dirigentes (recambio generacional).
Está bien redefinir los objetivos, los rumbos, los conductores. O sea, saber adonde ir y con quién.
Sin embargo, antes de emprender el camino, la sabiduría popular aconsejaría hacerse una pregunta: ¿y con qué ropa? O mejor dicho, ¿con qué caballo, mula, carreta, cacharro, tomaremos rumbo hacia el futuro? Si es el mismo vehículo, con su actual nivel de funcionamiento, como que no llegaremos, o llegaremos pocos y muy tarde. Así lo indica el resultado de la presidencial. Recordemos que los ciudadanos(as) -incluidos muchos ex militantes- no están ni ahí con los partidos políticos. Muchos están enojados, otros más les son indiferentes, otros tantos ni saben que existen, pero sí conocen o han oído hablar de manifestaciones de malas prácticas.
Los partidos hoy no dan ni el ancho ni el alto. Han perdido contacto con la sociedad y, peor aún, con sus militantes. Los partidos son hoy cúpulas, cabezas sin cuerpo y, muy a menudo, sin cerebro ni corazón. Son calculadoras expertas en juegos de guerra del poder. Si esto no cambia, ¿para qué quieren renovar mensajes, si pocos les escuchan ni los escucharán?
¿Un inicio de solución? Fácil, muchachos. Respeten, apliquen, implementen, den vida a los acuerdos de sus congresos referentes a la estructura y el funcionamiento interno y a los contactos con la sociedad, y respeten sus Estatutos. Ilustremos con el caso del Partido Socialista (pero mismo se aplica a todos).
1. Desde los años ’90 sus congresos constatan la desmovilización de la gente, por una parte porque el gran objetivo de reconquistar la democracia se había logrado, pero también porque hubo una política consciente de la Concertación de que así fuese: la gente “seria”, los dirigentes, debían tener ampliar libertad para negociar con la dictadura y entre sí; se prefirió el consenso cupular al consenso social (muchachos, ya no los necesitamos en la calle desfilando, regresen a su casa a mirar la TV!). ¿Cómo se logró?: rápido cierre de las Casas de la Concertación luego de 1989; fuga de cerebros desde las organizaciones sociales (recuperación de los líderes por los partidos y el aparato del Estado); término de las actividades de capacitación a las organizaciones; cese del apoyo internacional a los ONG; las comisiones sindicales, de masas, campesinas, perdieron importancia; etc. Fue una verdadera desmovilización programada. El PS ha perdido gravitación política y electoral, o mejor dicho, ha mantenido su gravitación histórica, alrededor de 10-11%. Su peso político ha sido mayor gracias a su participación en el gobierno. Pero ya no lo estará...
2. Su padrón es hoy mucho más débil: tiene muchos “miembros” pero pocos “militantes”, en términos de conocimiento de su historia, sus objetivos, sus logros, su compromiso. Las campañas no las realizan hoy “militantes puros y sinceros”, sino gente a sueldo, en buena parte. Convertirse en miembro del PS es hoy un trámite administrativo (la membresía aumenta durante los procesos electorales internos). Los núcleos –instancia real de participación de los militantes- existen aún en los Estatutos, pero no en la realidad. Por lo tanto, no hay discusión interna, vías de información a viva voz, no hay participación real, no hay formación de opinión desde la base: todo viene desde arriba. No hay capacitación (un derecho y una obligación, según los Estatutos). Sólo hay asambleas (convocadas por el respectivo parlamentario, en muchas ocasiones). A mayor número de participantes, menor riqueza del intercambio, es bien sabido (sabiamente – y bajo pretexto de democracia- los conductores de estas reuniones dejan que se conviertan en encuentro de francotiradores: todos disparan a todos sobre temas diversos, sin pertinencia ni importancia). Quienes realmente dirigen el Partido son las fracciones (eso de corrientes de opinión es un eufemismo).
¿Quehacer inmediato? Fácil de decir, complicado de hacer, sobre todo si la base no toma la iniciativa desde las comunas: aplicar Estatutos y resoluciones de los congresos. Veamos:
* Crear núcleos en todas la comunas (por lugar de residencia o trabajo, según los intereses de sus miembros)
* Dar capacitación a todos los militantes y simpatizantes
* Aplicar nuevamente los procedimientos para llegar a militante, fase última del proceso
* Tomar medidas para disminuir (y terminar en un futuro lo más próximo posible) le influencia de las fracciones
* Implementar la limitación del número de reelecciones de los dirigentes a todo nivel
*Aumentar las incompatibilidades, para evitar que las mismas personas integren simultáneamente diversos niveles de dirección
* Buscar la incorporación de líderes sociales y jóvenes, lo que requiere que, previamente, se subsanen las deficiencias anotadas: deben llegar a una organización que los prepare a ser líderes del cambio, y no a transmitir las taras de la política actual
* ir hacia la sociedad, compenetrarse en ella; ya no basta con convocar
* Buscar las coordinaciones en la sociedad para lograr que se edite un diario de alta calidad, independiente y lo más objetivo posible. Su inexistencia es una prueba suficiente de la ineficiencia y ceguera de la Concertación.
Sabiamente, mi abuelita decía: niño, arregla la carreta antes de ir al mercado.
Si no lo hacemos, por largo tiempo no podremos implementar políticas de crecimiento, desarrollo y progreso social, pero tendremos una vida entretenida de opositores. Dicen que ello conserva la salud y la juventud. ¿Será el equivalente al viagra en política?
PAM/
10.02.10
Sobre obviedades
¿Por qué se vota por uno u otro candidato, en particular en esta segunda vuelta presidencial? Es preocupante para la calidad de la democracia en general, que en tantos la decisión no esté basada en la información pertinente y significativa ni en su evaluación, ni en los contextos. Y esto ocurre en todos los niveles socio-culturales.
¿Por qué votar por Piñera? Entre sus partidarios y algunos indecisos, las respuestas se repiten: porque debe existir recambio; porque Piñera ha demostrado inteligencia en sus negocios; porque ha creado empleos; porque tiene buenas ideas; porque Frei es fome.
Esta realidad obliga a filosofar sobre lo obvio, y la Concertación no lo ha hecho en su política comunicacional. Si lo hubiese hecho, habría respondido que:
1. La esencia de la democracia es que los ciudadanos tengan el derecho a elegir a sus representantes y sus gobernantes. Esto está garantizado en muchas leyes, en particular en el artículo 5º de la Constitución. Sin embargo, ninguna estructura ni normativa puede garantizar a nadie que será elegido; para ello requiere obtenir las mayorías electorales necesarias. La alternativa es un golpe de Estado. Así, las quejas de la derecha no se dirijen en realidad a la Concertación, sino a los ciudadanos, y no tiene ninguna otra significación, salvo el del lloriqueo.
2. Sobre las cualidades de Piñera, hay que ser claros: no es un empresario que haya creado riqueza material ni empleos. Es un habilidoso especulador en la Bolsa. Toda su actividad se ha referido a la compra y venta de acciones (siguiendo, según él mismo ha dicho, los “consejos” de un programa computacional ad hoc). No ha creado ningún puesto de trabajo. La capacidad de ganar plata para sí no es sinónimo de saber administrar el presupuesto nacional ni crear las políticas para crear las condiciones del crecimiento económico y social, para que haya más riqueza y sea mejor distribuida. Los grandes empresarios tienen una gran tendencia y habilidad a multiplicar y concentrar la riqueza propia, despreciando muchas veces las reglas de la transparencia y la competencia.
3. Históricamente, mucho se ha discutido sobre el rol de las personalidades. Resumiendo, puede afirmarse que todo depende del tipo de personalidad y las circunstancias. En tiempos de modesta administración de las cosas, con la revolución fuera del horizonte, se puede afirmar más precisamente que el rol de las personalidades es aún más relativo. Entre Piñera y Frei, el tema no es quién es más joven, rico, simpático, ni quién ha estado más tiempo esperando que “le toque” ser Presidente. Las candidaturas deben valorizarse por sus programas; por las coaliciones y partidos que las sustentan; por los equipos técnicos que las acompañan y, fundamentalmente, por su comportamiento histórico.
4. La derecha reclama su derecho a gobernar, que el sistema institucional les ha ofrecido en cada elección, pero la ciudadanía ha dicho “no”. Dicen que “basta ya de Concertación, que la gente ya no quiere más de lo mismo”. Interesante expresión esta de “más de lo mismo”. Todos los indicadores económicos y sociales –nacionales y extranjeros- nos dicen que los logros desde 1990 tienen un alcance histórido. Internet pone estos datos al alcance de quién quiera examinarlos. A los sectores más modestos les basta mirar los cambios ocurridos en su entorno y en el seno de sus hogares y en las perspectivas (un solo dato: siete de cada diez estudiantes universitarios son la primera generación de sus familias a acceder a ese nivel). ¿Bajo un gobierno de la derecha continuarán aplicándose los énfasis en la protección social de los gobiernos de la Concertación y, en particular, de la Presidenta Bachelet? Para responder, basta recordar el gobierno Pinochet de 17 años (obviando el tema derechos humanos: muchas veces hemos dicho que en el golpe militar, las violaciones a los derechos humanos fueron el medio; el objetivo fueron el Plan laboral, la privatización de las empresas públicas a precio de huevo, la reconstitución de los monopolios, la concentración de la propiedad, etc..) y cómo ha votado la derecha desde 1990 en cuanto a libertades, democracia, distribución del ingreso nacional, etc. Además, dicen “no más de lo mismo” y acto seguido Piñera afirma que continuará con las políticas de Bachelet.
5. Hay quienes han dicho que derecha y Concertación son lo mismo. A dichos comentaristas se les puede sugerir que los telescopios sirven en astronomía, no en análisis político. Aquí se requiere el microscopio, mirar la realidad concreta de cerca, olvidando esquemas. Alguno recordará lo que decía un viejo analista y actor político: “la teoría es gris, la vida es siempre verde”.
6. Para terminar, una ilustración sobre la liviandad de enfoques en ciertos sectores. Para apoyar a Frei en esta segunda vuelta, los partidarios de Arrate y MEO han pedido modificaciones y/o incorporación de elementos esenciales al programa de gobierno (nueva constitución, renacionalización del cobre, perfeccionar la negocialción laboral, estudio del sistema de tributación, etc.). Por otra parte, ayer se supo que el analista político Patricio Navia (decano de la Universidad Diego Portales, profesor en una universidad de EE.UU, ex partidario de Enriquez-Ominami), dió su apoyo a Piñera, luego que éste satisfizo (“no te preocupes”, le respondió el candidato) sus “profundas exigencias”: el descarte de pinochetistas en puestos clave en un eventual gobierno, asegurar la diversidad en el gabinete y zanjar su conflicto de interés entre política y negocios. Nada, absolutamente nada, sobre programa de gobierno, políticas sociales, etc. Profundo el decano, politicólogo y analista...
Que la Concertación (cada uno de sus partidos, cada uno de sus dirigentes y militantes) debe renovarse en sus estructuras, convocatoria, programas, desafíos, prácticas políticas, que duda cabe. Pero no podemos infligir a Chile un gobierno de derecha mientras se cumple esa tarea, que deberá iniciarse desde el 17 de enero.
PAM/
06.01.10