EL CHE- RECUERDOS
(2) Cosas del Che
Se ha tratado de reducir la figura del Che a la del guerrillero heroico. Las caricaturas son más fácilmente descartables. Es evidente que Ernesto Guevara de la Serna era mucho más. Era característico su afán de tratar de reflexionar, de racionalizar la realidad y la acción, desde que inició sus largos viajes por América latina en su juventud, siguiendo circuitos no tradicionales. Chile. Los leprosarios del Amazonas. Está en Guatemala cuando estalla la invasión organizada por la CIA para derrocar a Arbenz en 1954. En México establece contactos con la gente del Movimiento 26 de Julio. Insiste para incorporarse a la expedición. La guerrilla en Cuba revela sus aptitudes militares, su audacia, pero también su inclinación a analizar sus episodios, sus fases, para extraer enseñanzas. Del período de la Sierra extrae el material para dos de sus obras, “Guerra de guerrillas: un método” y “Episodios de la guerra revolucionaria”. Esbozos de la ciencia militar irregular y la anécdota significativa.
Los adeptos a manuales ortodoxos tenían dificultades para seguirlo en sus planteamientos. En el plano estrictamente político, su pensamiento y su acción provocaron agudas polémicas con un sector de la izquierda latinoamericana e ideólogos del campo socialista, sobre todo en torno a la teoría del foco, el papel de la lucha armada en general, el rol del partido marxista-leninista o la nueva versión del problema del huevo y la gallina (¿el partido organiza, dirige el movimiento social, revolucionario, como lo dicta lo ortodoxia, o es el movimiento social el que crea a su órgano, el partido, como lo indicaría la experiencia cubana?). Su papel en la guerrilla boliviana sigue alimentando la discusión.
Como dirigente de la Sección de Industria del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria, 1959), presidente del Banco de Cuba (1959-1961), ministro de Industrias (1961-1965), delegado de Cuba ante eventos y organismos internacionales, manifestó también su espíritu original. Así, sus posiciones sobre el comercio del campo socialista con los países subdesarrollados expuestas en particular en el Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática, Argel, 24 febrero de 1965: dicho comercio está determinado por el mercado mundial y los precios allí establecidos; el mercado mundial está bajo la influencia decisiva de los países capitalistas desarrollados, que imponen los precios; la conclusión evidente, decía el Che, es que los países socialistas introducen elementos capitalistas (intercambio desigual) en sus relaciones con el Tercer Mundo. Es necesario, en consecuencia, decía, transformar radicalmente las bases de dicho comercio (¿nuevo orden económico internacional antes del nombre?).
Polémicas fueron también sus posiciones sobre el “hombre nuevo” y el rol preponderante que, afirmaba, deben jugar los estímulos morales por sobre los materiales en su formación: ¿cómo crear un hombre guiado por una escala de valores nueva, utilizando los instrumentos de la vieja sociedad?, se preguntaba.
Hoy, estos temas parecen fuera de lugar. Sin embargo, la lectura de los informes anuales sobre el Índice de Desarrollo Humano, o cualquier informe de Naciones Unidas sobre la situación económica y social en el mundo, las explosiones sociales, los regímenes populistas que proliferan en estos días, debieran por lo menos hacer dudar de ello.
(2) Cosas del Che
Se ha tratado de reducir la figura del Che a la del guerrillero heroico. Las caricaturas son más fácilmente descartables. Es evidente que Ernesto Guevara de la Serna era mucho más. Era característico su afán de tratar de reflexionar, de racionalizar la realidad y la acción, desde que inició sus largos viajes por América latina en su juventud, siguiendo circuitos no tradicionales. Chile. Los leprosarios del Amazonas. Está en Guatemala cuando estalla la invasión organizada por la CIA para derrocar a Arbenz en 1954. En México establece contactos con la gente del Movimiento 26 de Julio. Insiste para incorporarse a la expedición. La guerrilla en Cuba revela sus aptitudes militares, su audacia, pero también su inclinación a analizar sus episodios, sus fases, para extraer enseñanzas. Del período de la Sierra extrae el material para dos de sus obras, “Guerra de guerrillas: un método” y “Episodios de la guerra revolucionaria”. Esbozos de la ciencia militar irregular y la anécdota significativa.
Los adeptos a manuales ortodoxos tenían dificultades para seguirlo en sus planteamientos. En el plano estrictamente político, su pensamiento y su acción provocaron agudas polémicas con un sector de la izquierda latinoamericana e ideólogos del campo socialista, sobre todo en torno a la teoría del foco, el papel de la lucha armada en general, el rol del partido marxista-leninista o la nueva versión del problema del huevo y la gallina (¿el partido organiza, dirige el movimiento social, revolucionario, como lo dicta lo ortodoxia, o es el movimiento social el que crea a su órgano, el partido, como lo indicaría la experiencia cubana?). Su papel en la guerrilla boliviana sigue alimentando la discusión.
Como dirigente de la Sección de Industria del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria, 1959), presidente del Banco de Cuba (1959-1961), ministro de Industrias (1961-1965), delegado de Cuba ante eventos y organismos internacionales, manifestó también su espíritu original. Así, sus posiciones sobre el comercio del campo socialista con los países subdesarrollados expuestas en particular en el Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática, Argel, 24 febrero de 1965: dicho comercio está determinado por el mercado mundial y los precios allí establecidos; el mercado mundial está bajo la influencia decisiva de los países capitalistas desarrollados, que imponen los precios; la conclusión evidente, decía el Che, es que los países socialistas introducen elementos capitalistas (intercambio desigual) en sus relaciones con el Tercer Mundo. Es necesario, en consecuencia, decía, transformar radicalmente las bases de dicho comercio (¿nuevo orden económico internacional antes del nombre?).
Polémicas fueron también sus posiciones sobre el “hombre nuevo” y el rol preponderante que, afirmaba, deben jugar los estímulos morales por sobre los materiales en su formación: ¿cómo crear un hombre guiado por una escala de valores nueva, utilizando los instrumentos de la vieja sociedad?, se preguntaba.
Hoy, estos temas parecen fuera de lugar. Sin embargo, la lectura de los informes anuales sobre el Índice de Desarrollo Humano, o cualquier informe de Naciones Unidas sobre la situación económica y social en el mundo, las explosiones sociales, los regímenes populistas que proliferan en estos días, debieran por lo menos hacer dudar de ello.
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