Chiledeportes: a patadas con la probidad
En uso de sus atribuciones de control del respeto de la normativa por los servicios públicos, la Contraloría General de la República hizo auditoria en Chiledeportes, organismo que entre otras cosas administra recursos destinados a financiar proyectos, programas, actividades y medidas de fomento, práctica, ejecución y desarrollo del deporte en sus diversas modalidades y manifestaciones.
Contraloría verificó 77 proyectos de una gran cantidad aceptados y financiados por Chiledeportes. En 80% de los 77 casos (61 proyectos, que involucran $400 millones) encontró irregularidades. Las irregularidades pueden ir desde formularios e informes incompletos (falta información, información en casillas que no corresponden, falta de alguna firma, ausencia de documentos justificativos de gastos efectivamente realizados, etc.), o sea, errores administrativos que se corrigen fácilmente, hasta hechos que constituyen delito. Entre estos últimos, existirían empresas fantasmas o con domicilios comerciales falsos. Habría facturas con cobros que no corresponderían a los servicios prestados (servicio de cafetería para 14 personas durante una semana por $1.500.00, por ejemplo). El Servicio de Impuestos Internos (SII) inició investigación sobre presentación de facturas falsas por los organismos que recibieron financiamiento y sus respectivas declaraciones de rentas.
La Contralora (S), Noemí Rojas, aseguró que los dineros comprometidos en las irregularidades no fueron destinados a campañas políticas.
Hay varios temas de fondo.
El primero es que, naturalmente, cualquiera sean los montos mal utilizados y quienquiera sean los comprometidos, el Ministerio Público debe ir al fondo del asunto. “Caiga quién caiga”, ha dicho la Presidenta Bachelet. “Y caiga como caiga”, agregamos nosotros. Por el momento, Catalina Depassier, Subsecretaria a cargo de Chiledeportes, pidió la renuncia a los treces directores regionales del organismo. Lo más probable que es que ella también deberá renunciar en los próximos días, aunque las irregularidades se produjeron antes de iniciar su mandato junto con el actual gobierno, en marzo pasado.
El otro tema de fondo es que ésta es una nueva manifestación de la corrupción que ha tenido ya varias expresiones. Dos veces anteriormente en el mismo Chiledeportes, hace algunos años. En 2005, se destapó el caso de los Programas de Generación de Empleos (PGE), a cargo de los Seremis del Trabajo regionales, y destinados a combatir el desempleo que se arrastra en las capas más desfavorecidas: muchos de los proyectos presentados a través de las municipalidades no se habrían realizado y habrían pagado a activistas durante la campaña electoral última o, simplemente, pagado el voto. Hay muchos otros casos.
Las causas de la corrupción son muchas. Nombremos algunas. Por una parte, la persistencia de los políticos profesionales de endeble o inexistente currículum, que no tienen y/o no buscan alternativas fuera de la teta fiscal; los pobres de alma con ansias de poder; los famosos “operadores políticos” sin calificación profesional que son ubicados por sus patrones en puestos intermedios donde se manejan importantes recursos, como ha dicho Jorge Schaulsohn, y que se creen o se ven impulsados a pagar estos favores políticos. También influye el no saber el plazo de la “bonanza”: “me tocó, debo aprovechar antes que pase”.
Por otra parte, la corrupción pareciera ser producto casi necesario de coaliciones que permanecen largos años en el poder, porque va creándose una sensación de impunidad, porque se estará siempre en el poder “entre amigos”, entre “compañeros de la causa”, que están en lo mismo, de distintas formas, empezando por las más anodinas (como la utilización de vehículos fiscales para necesidades personales).
Basta de cortarse las venas por hoy. Sólo digamos, para dar la justa perspectiva, que Chile es uno de los países menos corruptos en el mundo, medido por diferentes indicadores y muchos estudios extranjeros. También agreguemos que la legislación ha sido modificada en varios sentidos por la Concertación para disminuir estas manifestaciones de falta a la probidad. Lo mencionaremos en otra ocasión. Por el momento, hay que seguir combatiendo las erupciones en la piel, antes que se conviertan en gangrena.
Contraloría verificó 77 proyectos de una gran cantidad aceptados y financiados por Chiledeportes. En 80% de los 77 casos (61 proyectos, que involucran $400 millones) encontró irregularidades. Las irregularidades pueden ir desde formularios e informes incompletos (falta información, información en casillas que no corresponden, falta de alguna firma, ausencia de documentos justificativos de gastos efectivamente realizados, etc.), o sea, errores administrativos que se corrigen fácilmente, hasta hechos que constituyen delito. Entre estos últimos, existirían empresas fantasmas o con domicilios comerciales falsos. Habría facturas con cobros que no corresponderían a los servicios prestados (servicio de cafetería para 14 personas durante una semana por $1.500.00, por ejemplo). El Servicio de Impuestos Internos (SII) inició investigación sobre presentación de facturas falsas por los organismos que recibieron financiamiento y sus respectivas declaraciones de rentas.
La Contralora (S), Noemí Rojas, aseguró que los dineros comprometidos en las irregularidades no fueron destinados a campañas políticas.
Hay varios temas de fondo.
El primero es que, naturalmente, cualquiera sean los montos mal utilizados y quienquiera sean los comprometidos, el Ministerio Público debe ir al fondo del asunto. “Caiga quién caiga”, ha dicho la Presidenta Bachelet. “Y caiga como caiga”, agregamos nosotros. Por el momento, Catalina Depassier, Subsecretaria a cargo de Chiledeportes, pidió la renuncia a los treces directores regionales del organismo. Lo más probable que es que ella también deberá renunciar en los próximos días, aunque las irregularidades se produjeron antes de iniciar su mandato junto con el actual gobierno, en marzo pasado.
El otro tema de fondo es que ésta es una nueva manifestación de la corrupción que ha tenido ya varias expresiones. Dos veces anteriormente en el mismo Chiledeportes, hace algunos años. En 2005, se destapó el caso de los Programas de Generación de Empleos (PGE), a cargo de los Seremis del Trabajo regionales, y destinados a combatir el desempleo que se arrastra en las capas más desfavorecidas: muchos de los proyectos presentados a través de las municipalidades no se habrían realizado y habrían pagado a activistas durante la campaña electoral última o, simplemente, pagado el voto. Hay muchos otros casos.
Las causas de la corrupción son muchas. Nombremos algunas. Por una parte, la persistencia de los políticos profesionales de endeble o inexistente currículum, que no tienen y/o no buscan alternativas fuera de la teta fiscal; los pobres de alma con ansias de poder; los famosos “operadores políticos” sin calificación profesional que son ubicados por sus patrones en puestos intermedios donde se manejan importantes recursos, como ha dicho Jorge Schaulsohn, y que se creen o se ven impulsados a pagar estos favores políticos. También influye el no saber el plazo de la “bonanza”: “me tocó, debo aprovechar antes que pase”.
Por otra parte, la corrupción pareciera ser producto casi necesario de coaliciones que permanecen largos años en el poder, porque va creándose una sensación de impunidad, porque se estará siempre en el poder “entre amigos”, entre “compañeros de la causa”, que están en lo mismo, de distintas formas, empezando por las más anodinas (como la utilización de vehículos fiscales para necesidades personales).
Basta de cortarse las venas por hoy. Sólo digamos, para dar la justa perspectiva, que Chile es uno de los países menos corruptos en el mundo, medido por diferentes indicadores y muchos estudios extranjeros. También agreguemos que la legislación ha sido modificada en varios sentidos por la Concertación para disminuir estas manifestaciones de falta a la probidad. Lo mencionaremos en otra ocasión. Por el momento, hay que seguir combatiendo las erupciones en la piel, antes que se conviertan en gangrena.
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