17.12.06

Noticias para el Tata

Noticias para el Tata

Estimado Tata:

Sé que has estado muy ocupado estos últimos días, desde el domingo 10 hasta tu cremación el miércoles 13 (así lo pediste: “polvo eres y en polvo te convertirás”, en este caso en cenizas, para que este pueblo agradecido no te guevee la tumba). Hubo tanta algarabía y, seguramente, has estado ocupado en tus gestiones en el Más Allá para saber dónde estará instalada tu parcela.

Este último tema está complicado. Por un lado, porque no tendrás a Pablo Rodríguez para enredar la perdiz a complacientes jueces: allí hay un solo Juez, una sola instancia, y no creo que conozcan los recursos de casación, de nulidad, etc. No tengo claro si la locura subcortical se transmite al Más Allá, pero no lo creo; esto tiene un lado negativo (no podrás argumentarla) y otro positivo (¿te imaginas tener que hacerte el guevón por todita la eternidad?). Por otra parte, las alternativas se han reducido: Cielo, Infierno, Purgatorio. El Nimbo ha sido eliminado (cierto es que era para los niños “moros”, pero con la carita que tenías últimamente quizás hubieras pasado colado). A Ortúzar se le pasó: debería haber establecido en las normas transitorias de la Constitución del ’80 que el firmante de dicho instrumento legal pasaría ipso facto al Cielo. Además, si te mandan al Purgatorio y te aplican tu misma concepción de transición hacia la democracia (objetivos y no plazos), la cosa será para laaaaargo, joder.

Bueno, paso a contarte algunas cosas que han ocurrido por estos lados. Te las enumero, para que te concentres.

1. Los marxistas enquistados en los medios se han puesto chistocitos. Un periódico argentino tituló en primera página “¿Qué ha hecho el infierno para merecer esto?”. Un letrero decía “Don Sata, mándate al pecho al Tata” (dicho en términos aptos). Un individuo decía al pasar, luego de tu cremación: “Ahora, a las cosas serias: el Colo Colo v/s el Pachuca” (con razón perdieron los herejes). The Clinic sacó un número especial, y a luca, y la edición se agotó en el día (aunque podrían ser tus partidarios, que lo compraron para quemarlo).

2. Este país es desagradecido, ya se sabe. Fuiste cremado el miércoles, y ya desde el día siguiente ningún diario hablaba de ti en primera página. Al pasar, miraba los titulares, y nada. La farándula retomó su lugar, con toda su silicona por delante y por detrás. Me emocioné cuando, por fin, ví una foto a plena página: “¡Que pena!”; pero era el Matti Fernández, goleador del Colo, llorando por la derrota ante el Pachucha. Creí encontrar consuelo en otros titulares que hablaban de Pinochet. Pero tampoco: era tu nieto, Augusto III, que lo echaron del ejército por hocicón y tontorrón. Algo entendí de lo que hizo cuando supe que su padre es Augusto II, tu hijo mayor, que de lejos parece y de cerca es, el que de chico se cayó en la escala del C.I. (coeficiente intelectual, pues, Tata, cómo no vas a saber!). Augusto II ha andado desde hace mucho al tres y al cuatro en sus aventuras de negocios (hasta en la reventa de vehículos robados ha andado, ¿recuerdas?); lástima que no le hayas inculcado tu sentido del ahorro que tan bien te funcionó (se habla de US$27 millones, pillín, pillín!).

3. Hay quienes no quieren la reconciliación nacional y que se andan felicitando porque en tres días el ejército se liberó de dos Pinochet. Sólo falta que renueven los manuales doctrinarios para que la cosa mejore, dicen otros, recordando la Doctrina de Seguridad Nacional (a propósito, ¿es verdad que todavía la enseñan a los conscriptos y oficiales jóvenes?).

4. Defender tu “obra” está out, en caída libre en el mercado, como lo comprobó también el ex general de la V División, recién asumido en la Región Metropolitana, que pasó a la categoría de (R), tras furibunda PLR (patá en la raja, imagínate tú), del guaripola mayor, perdón, del comandante en jefe.

5. No es por nada, no es para achacarte, pero todo indica que los honores que te rendirán en el futuro serán cada vez más austeros, internos: habrá cierto bombo tranquilo en los dos próximos años, un tanto silenciosos enseguida, con nuevas energías para el quinto y décimo aniversario, y luego, hasta a tus hijos habrá que enviarles notas para recordarles la fecha. De todas maneras, tú estarás muy ocupado buscando conseguirte aire acondicionado o algún ventiladorcito en tu nuevo habitat, si somos realistas, ¿verdad?

6. Otro mal pronóstico, Tata: si por Allá corre lo de autor intelectual, tendrás que hacerle un rinconcito a la Lucía (quién era, según las malas lenguas, la que te picaneaba para que te “pusieras los pantalones” contra la ralea marxista)... Mientras ésta no llegue, aprovecha de descansar, aunque sea difícil en aquellos lares.

Esperando que estés lo mejor posible, y dándote ánimos, te saluda desde este lado un amigo, siempre dispuesto a darte las buenas noticias (je, je, je...).


P.D. A propósito, ¿cómo se dirige la correspondencia al infierno?

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