FARANDULITIS
Farándula. Dícese de la prensa (diarios, radios, revistas, programas de TV) que se ocupa de los hechos y dichos de gente famosa. Lo de gente “famosa” es, por supuesto, bastante relativo, sobre todo en un mercado tan pequeño como el chileno. Lo de “dichos” también lo es, dado lo estrecho de la temática y de los recurso intelectuales de los “intervinientes” o actores. Las Últimas Noticias y La Cuarta, en la prensa escrita; CQC, SQP, en la pantalla, son los escenarios predominantes. Chillidos, silicona, vacío, son sus caracteristicas.
Su tema son los “dimes y diretes”, el “comadreo”, el “comistrajo”. El “corre, ve y dile”, el “chocolate o menta”, son los instrumentos; también el “descarte”. Vale decir, algo que se escuchó o supuestamente se dijo; la transmisión instantánea del rumor; la trampita (se dice que fulano dijo tal cosa sobre tí; ¿qué le responderías?; y el interrogado dirá: ¡pa’ su madre!, y la trifulca se armó durante tres ediciones). Entre los políticos y autoridades de todo pelaje lo preferido es el descarte: “Sr. Ministro, se rumorea que usted caería en un muy próximo cambio de gabinete, que piensa usted”. El pobre tipo responde: “estaré de ministro mientras tenga la confianza del Presidente”. El título del día siguiente está listo: “el ministro tal no descarta ser reemplazado”!
La expresión más deprimente de esta enfermedad del subdesarrollo mental se da en la televisión, porque allí se ve y se escucha. Rostros desencajados, puños al aire, cacofonía, gritos destemplados. Y la pobreza de la expresión y de vocabulario, incapacidad brutal de expresar media idea, la falta de pertinencia, la incoherencia. Y la ausencia de modulación, de pronunciación! Y ello ocurre sobre todo en el canal del sempiterno candidato presidencial Sebastián Piñera (Chilevisiòn) y del austero y conservador empresario Ricardo Claro (Megavisión), el mismo que año tras año rehúsa pasar los avisos pagados de la campaña contra el Sida. ¡Señor, dame Tu fortaleza!, decía un muy antiguo programa humorístico radial.
Pero como se trata de ser positivo y propositivo, sugiero que a los panelistas se les exija: uno, la licencia secundaria y la prueba de haber pasado la PSU, para asegurarse un mínimo de acervo cultural; dos, un certificado de haber terminado con éxito un taller dictado por una nana peruana, para asegurarnos un mínimo de dicción y cierta coherencia en las frases.
Farándula. Dícese de la prensa (diarios, radios, revistas, programas de TV) que se ocupa de los hechos y dichos de gente famosa. Lo de gente “famosa” es, por supuesto, bastante relativo, sobre todo en un mercado tan pequeño como el chileno. Lo de “dichos” también lo es, dado lo estrecho de la temática y de los recurso intelectuales de los “intervinientes” o actores. Las Últimas Noticias y La Cuarta, en la prensa escrita; CQC, SQP, en la pantalla, son los escenarios predominantes. Chillidos, silicona, vacío, son sus caracteristicas.
Su tema son los “dimes y diretes”, el “comadreo”, el “comistrajo”. El “corre, ve y dile”, el “chocolate o menta”, son los instrumentos; también el “descarte”. Vale decir, algo que se escuchó o supuestamente se dijo; la transmisión instantánea del rumor; la trampita (se dice que fulano dijo tal cosa sobre tí; ¿qué le responderías?; y el interrogado dirá: ¡pa’ su madre!, y la trifulca se armó durante tres ediciones). Entre los políticos y autoridades de todo pelaje lo preferido es el descarte: “Sr. Ministro, se rumorea que usted caería en un muy próximo cambio de gabinete, que piensa usted”. El pobre tipo responde: “estaré de ministro mientras tenga la confianza del Presidente”. El título del día siguiente está listo: “el ministro tal no descarta ser reemplazado”!
La expresión más deprimente de esta enfermedad del subdesarrollo mental se da en la televisión, porque allí se ve y se escucha. Rostros desencajados, puños al aire, cacofonía, gritos destemplados. Y la pobreza de la expresión y de vocabulario, incapacidad brutal de expresar media idea, la falta de pertinencia, la incoherencia. Y la ausencia de modulación, de pronunciación! Y ello ocurre sobre todo en el canal del sempiterno candidato presidencial Sebastián Piñera (Chilevisiòn) y del austero y conservador empresario Ricardo Claro (Megavisión), el mismo que año tras año rehúsa pasar los avisos pagados de la campaña contra el Sida. ¡Señor, dame Tu fortaleza!, decía un muy antiguo programa humorístico radial.
Pero como se trata de ser positivo y propositivo, sugiero que a los panelistas se les exija: uno, la licencia secundaria y la prueba de haber pasado la PSU, para asegurarse un mínimo de acervo cultural; dos, un certificado de haber terminado con éxito un taller dictado por una nana peruana, para asegurarnos un mínimo de dicción y cierta coherencia en las frases.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario