11.8.11

Movilizaciones estudiantiles: informe de etapa

Ya no es –aunque lo es en gran parte todavía- solo un movimiento estudiantil. Es un movimiento social, lo definió la presidenta de la FEUCH. Han conversado, han iniciado coordinaciones con organizaciones gremiales: CUT, FENATS, trabajadores del cobre, padres y apoderados.

Hablando de la experiencia en una universidad, se han dado acercamientos interesantes entre los tres estamentos: alumnos, profesores y funcionarios. También con las autoridades universitarias: rectores, decanos, jefes de departamentos, jefes de carreras. Es demostrativo como se dio este encuentro: en un claustro de profesores llegó una delegación de alumnos que solicitaron algunos minutos y expusieron su visión del conflicto, sus planteamientos y la necesidad que tenían de la experiencia y cooperación de los profesores, que conocían mejor la institucionalidad y el marco legal de lo que estaban afrontando; pero ya antes voces de profesores habían solicitado conversar con los alumnos, para verificar la posibilidad de concordancias y coordinaciones. Así, se han constituido diferentes Claustros: triestamental (alumnos, profesores, funcionarios), biestamental (alumnos- profesores), en el conjunto de la universidad y también por facultades (en algunos casos, uniendo facultades que funcionan en los mismos edificios).

En dichos claustros se ha discutido de las cuestiones de la educación, por supuesto: calidad, financiamiento y presupuestos, infraestructura, estatuto orgánico (incluyendo el tema de la participación de los estamentos en la discusión de los grandes temas y orientaciones de la gestión). Pero el ámbito de las discusiones ha ido más allá de la educación. Profesores y especialistas externos han expuesto sobre la renacionalización del cobre; el sistema tributario y su reforma; la reforma de la constitución; etc. La discusión ha sido rica y de buen nivel, tanto en el contenido como en la forma.

Ha sido un proceso de aprendizaje para todos sobre organización, coordinación, alianzas. Se han descubierto interlocutores con los cuales debería haberse dialogado hace mucho: alumnos, profesores, organizaciones sociales. Hay mucho que aprender y corregir todavía, por supuesto. Veamos algunos aspectos.

En primer lugar, la toma de locales ha sido la forma ya tradicional de expresar el movimiento de protesta. Pero esto tiene varios daños colaterales serios. Una consecuencia práctica es que la gran masa de alumnos no se incorpora al movimiento: se va a sus casas, sobre todos aquellos que son de otras provincias y regiones; quienes mantienen la toma es un pequeño número, con la acumulación de cansancio físico y mental. Otra consecuencia es que se paraliza todo el aparato administrativo de la Universidad: pago de salarios, entrega de documentación y certificaciones a los alumnos, el trabajo conducente hacia la acreditación.

En segundo lugar, ¿cómo evitar que, por la dialéctica de la vida, este movimiento por la educación pública termine dañándola? Trabajos de investigación comprometidos a fecha fija han sido interrumpidos por el cierre de los locales, no hay acceso a laboratorios, a computadores, bases de datos, software. Se teme que no se podrá quizás cumplir las fechas del proceso de acreditación. Universidades privadas están tratando de ocupar el espacio dejado temporalmente por las universidades públicas (captación de académicos, de alumnos, licitación de asesorías, etc.). Cálculos señalan que dos meses adicionales de paralización llevarían a algunas universidades a la quiebra.

¿Detener la movilización?

No necesariamente. Pero sí tomar algunas medidas.

Primero, asumir plenamente que este es un movimiento social y, por lo tanto, fortalecer y ampliar las alianzas. En la primera fila de las futuras marchas deberían estar los presidentes de las federaciones universitarias, pero también los de la CUT y de todos sus componentes, de los gremios de la salud, de los profesores, de los mineros, de los funcionarios públicos, de las asociaciones de padres y apoderados, etc. Esta representatividad debe replicarse también a nivel regional.

Segundo, establecer claramente una jerarquía de las demandas. Esto facilitaría la negociación con el gobierno, quitándole la oportunidad de restarles seriedad, centrando la fuerza en unas pocas pero fundamentales. Esto evitaría y/o disminuiría que en el seno de la universidad se produzca el hecho de que los aliados en lo macro sean al mismo tiempo solicitantes y objeto de la demanda en lo micro (los alumnos con respecto a los jefes de carrera, directores de departamentos, decanos y rector).

En tercer lugar, flexibilizar las tomas, de manera de no auto-perjudicarse, de no condenarse a la pérdida del semestre y así facilitar la integración de un más amplio espectro de los tres estamentos. Esto no significa reiniciar las clases.

En cuarto lugar, diversificar las manifestaciones de movilización, más allá de las marchas: instalación de mesas en las plazas solicitando firmas de apoyo; salidas a la calle de los alumnos quizás de manera similar (no necesariamente igual) a las actividades de mechones; visitas publicitadas a supermercados solicitando apoyo de subsistencia (mercaderías, bebidas); conferencias de prensa conjuntas con otras organizaciones bien convocadas (el llamado telefónico o el e-mail a directores de medios o periodistas del sector no bastan: debe ser una invitación más directa a todos los periodistas conocidos, visita a los medios), etc.; conferencias de prensa en locales oficiales solicitados previamente (intendencia, gobernación, bibliotecas públicas, etc.).

En resumen:

1. Estas jornadas han sido muy exitosas –quizás podrían llegar a tener significación histórica-, tanto por la convocatoria como los grados de coordinación y alianzas, la imaginación desplegada, la persistencia, los ecos logrados a nivel nacional e internacional.

2. Es la hora de balances de etapa para enfrentar mejor las últimas jornadas, incluyendo un control de daños. Imaginación táctica es la orden del día. No perder demasiado por exigir todo y ahora.


PAM/ 09.08.11

2 comentarios:

LOPEZ dijo...

No entiendo muy bien porque, en el actual conflicto estudiantil, se mezclan aspectos de la sociedad chilena tales como la renationalizacion del cobre, la reforma tributaria y una nueva Constitucion para el pais.

Movilizarse y luchar por todo lo anterior supone un Programa Politico-partidario que va mas allà de las actuales reivindicaciones del movimiento estudiantil.

Porqué mezclar "carottes" et "pommes de terre"? Se supone que de una u otra manera todo està relacionado, si se toma la sociedad chilena en su conjunto, pero el irse por las ramas o dispersarse tarde o temprano va a terminar por minar desde adentro las actuales luchas estudiantiles.



L. LOPEZ

aayala dijo...

En la USM rectoría mando un mail avisando que si el paro continua esta semana, el segundo semestre se pierde, ya que por estandares de calidad que exige el proceso de acreditación, el semestre no puede durar menos de 17 semanas. Por otro lado, las vacaciones de los funcionarios empiezan el 20 de Enero siendo la fecha máxima de prolongacion de las clases, entonces esta semana sería la decisiva.