Chávez y la Cumbre Iberoamericana
Ha concluido la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Santiago de Chile. Al parecer, fue un éxito en términos de acuerdos concretos para avanzar hacia la cohesión social.
A la espera de los documentos oficiales, la prensa ha destacado la presencia, actos y dichos de Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Llegó atrasado casi 24 horas (a las 5:37 AM) y en el aeropuerto mismo declaró que no le gustaba el enunciado central de la Cumbre, la cohesión social, que no tendría reuniones bilaterales porque le hacen perder el tiempo, rechazó declaraciones adversas de ciertos ex-presidentes (“fracasados todos”) así como la de ciertos sectores nacionales, entonando la canción mexicana La monedita de oro (“no soy monedita de oro/ pa’ caerles bien todos/así nací, así soy/ los que no me quieren ni modo...”), pidió salida al mar para Bolivia, etc.
Habló largo en la plenaria, interrumpió varias veces al presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero, que pedía respeto para los actuales y pasados jefes de gobierno, en particular para su predecesor Aznar, calificado por el venezolano de “fascista” en varias oportunidades. Rodríguez Zapatero mantuvo la calma, pero ante la insistencia de Chávez, el rey Juan Carlos, siempre tan compuestito como le exige su cargo, le espetó: “¿Por qué no te callas?”.
Al dejar Santiago, seguramente Chávez declarará escuetamente: “Lo que pasa es que no me tienen pacieeeencia...”.
Ha concluido la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Santiago de Chile. Al parecer, fue un éxito en términos de acuerdos concretos para avanzar hacia la cohesión social.
A la espera de los documentos oficiales, la prensa ha destacado la presencia, actos y dichos de Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Llegó atrasado casi 24 horas (a las 5:37 AM) y en el aeropuerto mismo declaró que no le gustaba el enunciado central de la Cumbre, la cohesión social, que no tendría reuniones bilaterales porque le hacen perder el tiempo, rechazó declaraciones adversas de ciertos ex-presidentes (“fracasados todos”) así como la de ciertos sectores nacionales, entonando la canción mexicana La monedita de oro (“no soy monedita de oro/ pa’ caerles bien todos/así nací, así soy/ los que no me quieren ni modo...”), pidió salida al mar para Bolivia, etc.
Habló largo en la plenaria, interrumpió varias veces al presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero, que pedía respeto para los actuales y pasados jefes de gobierno, en particular para su predecesor Aznar, calificado por el venezolano de “fascista” en varias oportunidades. Rodríguez Zapatero mantuvo la calma, pero ante la insistencia de Chávez, el rey Juan Carlos, siempre tan compuestito como le exige su cargo, le espetó: “¿Por qué no te callas?”.
Al dejar Santiago, seguramente Chávez declarará escuetamente: “Lo que pasa es que no me tienen pacieeeencia...”.
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