LLORONAS ILUSTRES
En la petite histoire del cine, se han destacado algunas actrices de poderosas glándulas lacrimales. Trabajaban y trabajan en dramas, por supuesto. De esos que hacían que nuestras abuelas dijeran “fue tan buena la película, lloré tanto!...” . El espectador queda con ganas de cortarse las venas, para apresurar el fin del sufrimiento.
Entre ellas, María Schell, austríaca, hermana de Maximilian, gran actor. María no tenía glándulas lacrimales: tenía ríos plenos, con frágiles defensas, prestos a desbordar sus
hermosos e intensos ojos azules. Lo principal de su carrera lo hizo en el cine alemán, pero también filmó en otros países e idiomas, sobre todo en grandes historias románticas: “La pasante du Sans-Souci”, “El árbol de la horca” (con Gary Çooper), “Los hermanos Karamazov”, “El último puente”, “The Odessa File”, etc. Trabajó con Visconti, Guitry, René Clement. Fue premiada en Cannes y Venecia. Murió en abril de 2005. Desde entonces, las lluvias han sido más intensas.
También Irene Papas, griega trágica a más no poder. El sólo mirar su rostro provoca depresión (y no es fea). Es la viuda que, en “Zorba, el griego”, es degollada por piadosos vecinos que la acusan de llevar una vida disoluta, ella que por años ha llevado una vida austera en todos los sentidos y sólo sucumbe una noche aciaga ante los embates de Alan Bates, actor británico que parece pasar por las películas, sin levantar mucho polvo (no es un juego de palabras) ni dejar mucho recuerdo. Ella tiene una larga, amplia e internacional carrera cinematográfica: “Ifigenia”, “Antígona”, “Electra”, “Z”, “La ciudad muerta”, “La ley de la horca”, “Los cañones de Navarone”… Es actriz y directora teatral. Creó en Atenas una Escuela de Arte Dramático. Tiene también una carrera musical como intérprete, incluyendo dos discos con Mikis Theodorakis. Su figura de viuda inconsolable, abstinente y mustia sigue vigente en la pantalla y en las tablas.
Terminemos con Anne Archer, habiendo muchas otras. Tiene una dilatada carrera como actriz: “Patriots games”, “Clear and present danger” (ambas basadas en best-sellers de Tom Clancy, con el personaje Jack Ryan), “The L Word”, “The all-american boy”, “Rules of engagement”, “Waltz accros Texas”, y muchos etc. Entre llanto y llanto, ha sido nominada al Academy Award, al Golden Globe y al British Academy Award por “Atracción fatal” (con Michael Douglas y Glenn Close), clásico para maridos que se sientan tentados a aventuras extramaritales.
Las tres tienen películas que vale la pena ver. Pero antes hay que asegurarse de tener a mano los kleenex.
En la petite histoire del cine, se han destacado algunas actrices de poderosas glándulas lacrimales. Trabajaban y trabajan en dramas, por supuesto. De esos que hacían que nuestras abuelas dijeran “fue tan buena la película, lloré tanto!...” . El espectador queda con ganas de cortarse las venas, para apresurar el fin del sufrimiento.
Entre ellas, María Schell, austríaca, hermana de Maximilian, gran actor. María no tenía glándulas lacrimales: tenía ríos plenos, con frágiles defensas, prestos a desbordar sus
hermosos e intensos ojos azules. Lo principal de su carrera lo hizo en el cine alemán, pero también filmó en otros países e idiomas, sobre todo en grandes historias románticas: “La pasante du Sans-Souci”, “El árbol de la horca” (con Gary Çooper), “Los hermanos Karamazov”, “El último puente”, “The Odessa File”, etc. Trabajó con Visconti, Guitry, René Clement. Fue premiada en Cannes y Venecia. Murió en abril de 2005. Desde entonces, las lluvias han sido más intensas.También Irene Papas, griega trágica a más no poder. El sólo mirar su rostro provoca depresión (y no es fea). Es la viuda que, en “Zorba, el griego”, es degollada por piadosos vecinos que la acusan de llevar una vida disoluta, ella que por años ha llevado una vida austera en todos los sentidos y sólo sucumbe una noche aciaga ante los embates de Alan Bates, actor británico que parece pasar por las películas, sin levantar mucho polvo (no es un juego de palabras) ni dejar mucho recuerdo. Ella tiene una larga, amplia e internacional carrera cinematográfica: “Ifigenia”, “Antígona”, “Electra”, “Z”, “La ciudad muerta”, “La ley de la horca”, “Los cañones de Navarone”… Es actriz y directora teatral. Creó en Atenas una Escuela de Arte Dramático. Tiene también una carrera musical como intérprete, incluyendo dos discos con Mikis Theodorakis. Su figura de viuda inconsolable, abstinente y mustia sigue vigente en la pantalla y en las tablas.
Terminemos con Anne Archer, habiendo muchas otras. Tiene una dilatada carrera como actriz: “Patriots games”, “Clear and present danger” (ambas basadas en best-sellers de Tom Clancy, con el personaje Jack Ryan), “The L Word”, “The all-american boy”, “Rules of engagement”, “Waltz accros Texas”, y muchos etc. Entre llanto y llanto, ha sido nominada al Academy Award, al Golden Globe y al British Academy Award por “Atracción fatal” (con Michael Douglas y Glenn Close), clásico para maridos que se sientan tentados a aventuras extramaritales.
Las tres tienen películas que vale la pena ver. Pero antes hay que asegurarse de tener a mano los kleenex.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario